jueves, 5 de diciembre de 2013

Haciéndose Iglesia - Credo Ediciones / Nuevo libro

Hemos publicado, con Credo Ediciones, un nuevo libro. Se llama "Haciéndose Iglesia" y es una colección de escritos sobre la posibilidad de ir haciendo la Iglesia mientras, al mismo tiempo, la recibimos como don. La paradoja de construir lo ya construido. El formato actual del libro es e-book. Dejo los links de los sitios donde se lo puede adquirir, un fragmento del prólogo y la tapa.

http://www.amazon.com/Haci%C3%A9ndose-Iglesia-Spanish-Leonardo-Biolatto/dp/3639520793
https://www.morebooks.de/store/es/book/haci%C3%A9ndose-iglesia/isbn/978-3-639-52079-8
http://www.muchoslibros.com/libro-Haciendose-Iglesia/Biolatto-Leonardo/9783639520798/US/
http://www.bokus.com/bok/9783639520798/haciendose-iglesia/

Cuando tomé la decisión de titular esta colección de escritos como Haciéndose
Iglesia, no creí que hubiese mayor complicación. Pero con el tiempo, mientras
agrupaba los textos y los corregía, nació una duda. ¿Es posible seguir haciéndonos
Iglesia? ¿Acaso la Iglesia no está ya hecha y fundada por Jesús? Y profundizando un
poco más, valía preguntarse también qué grado de participación teníamos los
discípulos de Jesús en la construcción de una realidad (la realidad eclesial) que nos
excede y que es don de Dios. ¿No hace la gracia divina la Iglesia y nos la entrega?
Con el paso de los días, con la revisión de las palabras que iban conformando esta
colección, me convencí de la imperiosa necesidad de hacer la Iglesia que ya está
hecha. Esa es la paradoja en la que nos movemos. La Iglesia es el don de Dios, el
regalo que nos deja y que se sustenta por su gracia. Sin ese sustento, la Iglesia se
habría desmoronado hace varios cientos de años. Por el otro lado, y en comunión con
el don, la Iglesia es fruto de un trabajo de comunión de discípulos de Jesús que se
comprometen con el compromiso de su Maestro y que continúan el compromiso de
sus antepasados: los Doce, Pablo, las comunidades de Antioquia, Jerusalén y Roma,
los mártires. Hay una historia humana que fue haciendo a la Iglesia, la fue
configurando. A veces muy cercana al ideal del Evangelio. A veces distante,
cometiendo errores. Son esos errores, esos pecados, los que demuestran la
participación activa de los seres humanos en el hecho de hacernos y hacer la Iglesia.
Y vamos haciéndonos, en un presente continuo. No hemos alcanzado la perfección
eclesial ni estamos al principio del camino. Vamos caminando, con mayores o
menores aciertos. Lo importante es no perder el rumbo, no descarrilar abruptamente,
no olvidarse de Jesús. La clave estuvo, y sigue estando, en recuperar las raíces
evangélicas. Volver a Jesús. Somos capaces de hacer Iglesia cuando respetamos la
memoria del Maestro, cuando nos atrevemos a leer el Evangelio y dejar que nos
obligue a cambiar. Somos capaces de hacer Iglesia, justamente, cuando cambiamos y
asumimos que el cambio es parte del camino que elegimos.

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