viernes, 23 de febrero de 2018

5. Reino de ellos - Mateo




(Mt 21, 31) Jesús les dijo: “Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios”.


Esta expresión halló su lugar en esta sección sobre los que heredan el Reino, aunque con algunos argumentos podría recolocarse en la sección siguiente, sobre los que quedan fuera. La frase parece abarcar ambas realidades. Preferí mantenerla aquí porque no estoy seguro que se hable de gente que queda fuera, sino de una entrada progresiva y más lenta. Publicanos y prostitutas llegan antes, pero los demás (sumos sacerdotes, ancianos y fariseos, según el contexto) también pueden llegar, más lento, pero pueden hacerlo. Creo que es una expresión de esperanza, más que de exclusión.

lunes, 19 de febrero de 2018

4. Reino para ellos - Mateo



(Mt 19, 14) Pero Jesús les dijo: “Dejen a los niños, y no les impidan que vengan a mí, porque el Reino de los Cielos pertenece a los que son como ellos”. [Mc 10, 14-15; Lc 18, 16-17]


Respecto a la tradición sinóptica de esta frase de Jesús, no habría mucho para agregar habiendo ya analizado la expresión en el Evangelio según Marcos. El sentido principal es el mismo: el niño no representa aquí a la inocencia ni al niño como pequeño miembro de la familia, sino que lo hace como marginal. El niño palestino es el último, el que está fuera de la escala social, el olvidado, el que no tiene presente. Los discípulos del Reino debiesen hacerse últimos y marginales con los últimos y marginales de Palestina. Dijimos que heredar el Reino es un compromiso, pues bien, los discípulos de Jesús están comprometidos a empequeñecerse, de lo contrario, ni son discípulos ni están comprometidos con el proyecto de Dios.

lunes, 5 de febrero de 2018

3. Reino para ellos - Mateo



(Mt 18, 1-4) En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: “¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?”. Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: “Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos”. [Mc 9, 33-37; Lc 9, 46-48]



Esta escena conceptual es común a los tres Evangelios Sinópticos, pero mientras Marcos y Lucas relatan que los discípulos discuten sobre quién es el más grande entre ellos, Mateo amplía el campo de discusión del debate y los hace preguntarse quién es el más grande en el Reino de los Cielos. Ya no estamos sólo en el ámbito del discipulado, del pequeño grupo que acompaña a Jesús en su caminar por Palestina, sino que el planteo es sobre el gran Reino, sobre esa majestuosidad enorme e indescriptible que tiene por Rey a Dios. Y también a diferencia de los otros dos autores, en Mateo los discípulos se lo preguntan a su Maestro abiertamente, mientras que en Marcos y Lucas es Jesús quien descubre que están hablando a sus espaldas. La pregunta es válida, pero Jesús sabe que es una pregunta que esconde una intención de tener más, de ocupar un puesto superior, de tener súbditos.